viernes, 24 de octubre de 2014

La era de los autómatas.

Las semanas transcurren de forma virtual, pues el manejo de autómatas nos ancla frente a la pantalla del ordenador. Programas, sub-rutinas y simuladores llenan nuestros cerebros de pensamientos electrónicos.

Como programar un ascensor parece tarea fácil, hasta que se enumeran todos los pasos que se deben considerar:

  • Identificar llamada desde el exterior.
  • Estado de las puertas, abiertas, cerradas o bloqueadas.
  • Contar los pisos por los que pasa hasta la llegada al objetivo.
  • Apertura de puertas que se cerrarán pasado un tiempo atendiendo otra vez al estado de las mismas.
  • Identificar la llamada desde el interior.
  • Saber si la carga es excesiva y notificarlo en el display impidiendo el movimiento del ascensor.
  • Controlar el display de información a los pasajeros.
  • Control de arranque del motor.
  • Sentido de la marcha.
  • Agradecer que el hilo musical va por otro circuito.

Aún quedan algunas tareas por programar, pero hemos descubierto la disciplina. Pequeñas sub-rutinas que hagan bien su trabajo y que puedan comunicarse con otras, así, paso a paso se puede implementar un ascensor que haga olvidar a los pasajeros  todo el trabajo que implica su diseño y construcción.


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